La microbióloga chilena María Inés Barría creó una vacuna terapeútica para el hanta de la cepa Andes, la más letal de este virus. Licenciada en Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad de Chile, María Inés se doctoró en 2009 en Ciencia con mención en Microbiología de la Universidad de Chile. Partió a Estados Unidos a realizar su postdoctorado en Pittsburg donde investigó sobre los anticuerpos monoclonales, células de tipo inmune clonadas que provienen de una sola célula madre.
Tras trabajar en el Hospital Monte Sinai en Nueva York en vacunas para la influenza y la investigación de nuevas herramientas para el estudio del VIH, María Inés volvió a Chile con su marido biotecnólogo a radicarse al sur de Chile, de donde ambos son oriundos, para investigar sobre el hanta. En 2014, año en que se incorporó como académica e investigadora del laboratorio del Departamento de Microbiología de la Universidad de Concepción, demostró que la cepa Andes del hanta se contagia entre humanos a través del intercambio de fluidos. El hanta es un virus que se identificó en Chile en 1993 y que puede volverse mortal en 5 días. Si bien en Asia y Norteamérica hay muy baja mortalidad, tanto en Chile como Argentina la cepa Andes es letal y mata a cerca del 30% de quienes padecen esta enfermedad.
María Inés comenzó investigando la sangre de 35 personas del Centro Hanta del Hospital Regional de Valdivia que se salvaron de morir de hanta, donde aisló dos anticuerpos, los que bautizó como MIB22 y JL16. Los que clonó junto a su equipo hasta producir lo que se denomina una vacuna terapeútica, pues se utiliza una vez que el paciente ya está contagiada de hanta.
Si bien la empresa norteamericana Ichor Biologics se interesó en desarrollar y hacer las pruebas preclínicas para patentarla, en Chile María Inés no ha encontrado el apoyo financiera necesario de privados ni del Ministerio de Salud para realizar pruebas en humanos. En febrero de este año fue nombrada hija ilustre por la Municipalidad de Puerto Montt en honor a su investigación.