Directora ejecutiva de la Fundación DKMS, organización que busca donantes de células madre para dar una segunda oportunidad de vida a pacientes con cáncer de sangre en todo el mundo, y que llegó a Chile en 2018. María Ignacia Pattillo es periodista, actualmente vinculada a distintas entidades relacionadas con el cáncer, y que apoya y aconseja a otras familias con su experiencia de vida.
Su hijo Eduardo tenía 2 años cuando se le encontró un tumor cerebral, que luego de cirugías, quimios y un trasplante de médula, se le logró erradicar. Pero Eduardo luego recayó y murió a fines del 2016. Fueron años muy difíciles para María Ignacia y su familia. Su experiencia la hizo entender que la única forma para mantenerse en pie, era saber que hay un equipo médico y organizaciones que hacen todo lo posible por salvar a otros niños y niñas.
Antes María Ignacia fue socia de la agencia comunicaciones E-press. El 2017 intentó volver a trabajar pero no tuvo la energía. Tomó la decisión de renunciar, hasta que un día el doctor Francisco Barriga -experto en el tratamiento de cáncer infantil en Chile- le contó que DKMS estaba formando un equipo para llegar al país. El hijo de Pattillo había recibido un trasplante de células madres de un donante alemán, y ella sabía lo importante que era que existiera una organización así. Comenzó siendo parte del equipo de campañas, y gracias a su desempeño el 2019 la ONG operada desde Alemania la nombró Directora Ejecutiva junto a Anette Giani.
Pattillo además ha estado ligada a importantes iniciativas relacionadas al cáncer infantil. Al alero de la Fundación Casa Familia creó el programa Quiero ser, para apoyar financiando las médulas no codificadas y tratamientos para niños con enfermedades a la sangre. Ha participado en Oncomamás, agrupación que sacó adelante la Ley Sanna que tiene a Chile como un ejemplo de la región. Además es miembro del directorio de la Fundación Elisabeth Kübler-Ross Chile, que busca acompañar a los pacientes entregando cuidados paliativos.
Hoy María Ignacia, quien es madre de dos hijas de 5 y 3 años, a pesar de la pandemia continúa trabajando arduamente para que crezca el registro de donantes en Chile, y asegurar el traslado de las células madres.