Es una de las escritoras más importantes de la historia literaria de su país. La etnóloga Lydia Cabrera investigó las raíces de la cultura afrocubana, convirtiéndose en experta en las tradiciones culturales de la Isla.
Nació en una familia privilegiada en Cuba pre revolucionaria. Hija de Raimundo Cabrera, abogado e historiador, y Elisa Marcaida, fue la menor de ocho hermanos. Desde niña le atrajeron los cuentos y creencias afrodescendientes. Se inició en el folclor cubano y a los 14 años comenzó a escribir en la revista de su padre “Cuba y América”, bajo el seudónimo de Nena.
Se mudó a París en 1927. Estudió arte y religión en L’Ecole du Louvre y, gracias a la traducción al francés por Francis de Miomandre, publicó “Cuentos negros de Cuba” en la editorial Gallimard, una recopilación de relatos trasmitidos oralmente.
Diez años después regresó a La Habana. Se dedicó profesionalmente al análisis de la cultura afro-cubana, ampliando sus conocimientos lingüísticos y antropológicos. Recorrió el territorio recopilando información sobre rituales y mitos que fue compartida a través de sus escritos.
Fue asesora de la Junta del Instituto Nacional de Cultura bajo la dictadura de Batista. Divulgó sus obras en las revistas francesas Cahiers du Sud, Revue de Paris y Les Nouvelles Litteraires, y en las cubanas Revista Orígenes, Revista Bimestre Cubana, Lyceum, Lunes de Revolución, Bohemia.
Indagó sobre los Abakuás, sociedad secreta que no hablaba sobre su religión y menos con una mujer. En 1954 lanzó “El Monte”, uno de sus libros más famosos. Considerado una obra maestra, la autora rescató leyendas, creencias, magia y supersticiones de los últimos descendientes de los “negros” esclavos. Tradiciones que hombres y mujeres conservaban de África; orígenes de la santería.
Cuando triunfó la Revolución emigró, primero a España y luego a Estados Unidos. Editó y difundió numerosas notas sobre sus aprendizajes. Recibió un doctorado honorario de la Universidad de Miami y donó su extenso trabajo a la biblioteca de la institución.