A los 90 años se tituló de la universidad con una Maestría en Envejecimiento. En un país donde la demencia afecta a más de 400.000 habitantes, la australiana Lorna Prendergast cree que las personas mayores no deben estar limitadas por su edad.
Cada vez que visitaba a Jim, su marido, en el asilo de ancianos donde vivía tras que le diagnosticaran Parkinson, tocaba melodías para él. En esas ocasiones notaba que los otros residentes del lugar reaccionaban de manera positiva a lo que escuchaban.
La frase de C. S. Lewis “nunca se es demasiado mayor para establecer otra meta o soñar un nuevo sueño” se convirtió en su lema. Al fallecer su esposo, decidió que quería descubrir más sobre la relación entre la música, el envejecimiento y la memoria.
Después de ver un programa de ciencia en el canal ABC sobre música y demencia, se inscribió en la Maestría en Envejecimiento de la Universidad de Melbourne, Australia, en su modalidad en línea. Su institución tenía un equipo de Tecnología de la información (TI) que la ayudó a adaptarse.
Le pareció necesario trabajar con cualquier “cosa” disponible que pudiera brindar alivio temporal, sin efectos secundarios, y que fuera mucho menos costoso que los fármacos. Por lo mismo, creyó esencial que la gente tomara conciencia de la magia de la música como tratamiento complementario a distintas condiciones y enfermedades.
Investigó la relación entre música y la mitigación de los síntomas de la demencia. En 2020 comenzó sus pruebas de musicoterapia con aquellos que sufrían este trastorno en diferentes hogares para adultos mayores. A medida que su conocimiento crecía, también lo hacía su compromiso
Nominada para los Australian of the Year Awards 2021 en la categoría Senior, Lorna confía en que las canciones pueden ayudar a los pacientes a evocar recuerdos de su pasado y así reconectarse con su identidad. Esto los ayudaría a “incluirse en el grupo que los rodea en lugar de sentirse aislados”.