En días difíciles para Venezuela, con caos político y social, una joven le dio una gran alegría al país: Yulimar Rojas, con su pelo teñido de verde, ganó el primer oro venezolano en la historia de los mundiales de atletismo, en triple salto.
Yulimar sabe de esfuerzos y de salir adelante. Se crió en Puerto la Cruz, en Venezuela, su padre era boxeador. Su casa era sencilla y sin mucho dinero. Ella tenía un físico natural para triunfar en deporte; hoy se encumbra en el 1.92 de altura, y además es muy competitiva y centrada. Su primer entusiasmo estuvo en el voleibol cuando su país brilló en esa disciplina en los juegos de Pekín en 2008, pero cuando fue a buscar un equipo y entrenador, no los encontró en el polideportivo. Sí se topó ahí con el atletismo, y eso se transformó en su carrera y pasión. Ya a los quince años comenzó a ganar medallas y competencias.
Hace poco más de dos años, recibió una invitación de amistad en Facebook del premiado atleta cubano y hoy entrenador cubano Iván Pedroso. Ella de inmediato le envió un mensaje, dicéndole que lo admiraba mucho y que lo quería entrenándola; dos meses después Yulimar partió a vivir a España bajo el tutelaje de Pedroso.
En estos últimos años Yulimar ha ido mejorando marcas y desempeño, topándose siempre en salto con la otra campeona latina de la disciplina, la colombiana Caterine Ibargüen. En los Juegos Olímpicos de Rio, Yulimar se llevó la plata y la colombiana el oro. Su último duelo en el salto fue el 14 de agosto en el mundial de atletismo de Londres; al quinto intento, Yulimar marcó 14.91, y festejó en grande; se convertía en una atleta que hacía historia para su país, con el primer oro para Venezuela en la historia de esta competencia. Al bajarse del podio, comentó: “Estoy triste por todo lo que pasa en mi maravilloso país. Vamos a salir de todo esto. Sé que se van a acabar las peleas y las guerras entre hermanos venezolanos. Espero que esta medalla dé felicidad a Venezuela”.