El mundo del sumo en Japón tiene mucho de ritual. El deporte es altamente popular y sigue con sus reglas de siglos. Lentamente ha visto la entrada de luchadores provenientes de Mongolia, donde también se sigue con pasión los seis Gran Torneos anuales. Ahí, en la liga profesional, pueden participar hombres; sólo en el circuito amateur pueden luchar también mujeres, las que llevan años formando parte del deporte, tratando de hacerse un espacio. Pero, como sus torneos femeninos no son televisados, pocos saben que existen. Hoy, una joven de 17 años quiere volverse profesional, y ha estado brillando en los campeonatos en que participa; su nombre es Bum-Erdene Tuvshinjargal.
Creció viendo competiciones de sumo en Mongolia junto a sus abuelos, y el resto de su familia que ha apoyado su inmersión en el mundo de este deporte asiático. Ella partió haciendo judo, pero en 2015 un entrenador la vio y le dijo que se probara en un torneo de sumo; en el Torneo Mundial de Sumo Junior, su primera competencia,Tuvshinjargal ganó el bronce.
Desde entonces ha seguido ganando trofeos. Tiene las ansias de hacer el sumo su vida, según contó en una entrevista con la BBC, pero como las mujeres no pueden ser profesionales, no consiguen auspicios, y los aportes gubernamentales sólo llegan con los pocos torneos en que ella puede participar. Por mientras, Bum-Erdene sueña con un futuro de actuación y sumo, esperando que la lucha milenaria se abra también a las mujeres como ella. En el torneo mundial femenino de sumo de 2016, compitió en el equipo de su país, y salió en segundo lugar.