Arqueóloga y antropóloga inglesa, Katherine Routledge es reconocida por ayudar en la preservación de las raíces y cultura rapanui. A través de escritos, fotografías, dibujos, mapas y árboles genealógicos, recopiló al menos 100 años de su historia oral. Compartió sus hallazgos y aventuras en el libro “El misterio de Isla de Pascua”.
Nació en el seno de una adinerada familia cuáquera al norte de Inglaterra. Estudió Historia Moderna y se graduó con honores en 1895. Tras la Segunda Guerra Bóer, entre el Imperio británico y los bóeres, viajó a Sudáfrica con un equipo para analizar el reasentamiento de mujeres solteras inglesas. Allí conoció a William, su futuro esposo.
Juntos vivieron y observaron por dos años la vida de los Kikuyu, grupo étnico bantú. Katherine fue la primera mujer “blanca” en asistir a las ceremonias de iniciación y en presenciar los ritos de circuncisión masculina y mutilación femenina. Recopiló sus costumbres, las relató en la obra “Con un pueblo prehistórico, el Kikuyu de África Oriental Británica”. Organizaron una expedición a Isla de Pascua. Encargaron la construcción de un buque, se coaligaron con la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, el Museo Británico y la Royal Geographical Society. Pidieron “prestado” un oficial de la Royal Navy y zarparon en 1913.
Un año después, atracaron en las costas de la isla. Instalaron dos campamentos, uno al lado de la cantera de los moais. Excavaron más de 30 estatuas, entrevistaron a los ancianos tribales en su colonia de leprosos de Hanga Roa, lugar donde centraron sus indagaciones. Recopiló mitos y leyendas transmitidos por tradicional oral. Examinó el sistema de escritura rongorongo y lo comparó con los tatuajes de los nativos. Durante un año Katherine intentó clasificar los ahu, estructuras de piedra de tipo ceremonial-religioso donde se rendía culto a los ancestros.
Katherine desarrolló una esquizofrenia paranoide, por lo que su trabajo no fue tomado en serio. Después de morir recluida en un hospital, su esposo donó sus notas y papeles a la Royal Geographical Society.