Joanne Rowling estaba esperando un tren con retraso en 1990, cuando se le vino a la cabeza la historia de un niño que iba a un colegio de magia. Durante los siguientes siete años irían armando la historia, se casaría, tendría su primera hija, se divorciaría y viviría de aportes del estado británico al no tener ningún dinero. Publicó Harry Potter en 1997, y se convirtió luego en una de las primeras escritoras multimillonarias de la historia, y en una de las mujeres más inspiradoras del mundo.
Nació en Yate, Inglaterra, una de dos hijas de un ingeniero aeronáutico y de una técnica científica, que unos años después sería diagnosticada de Esclerosis Múltiple. Jo siempre quiso ser escritora. Después de ir a la universidad, trabajó un tiempo como investigadora de Amnistía Internacional entre otras cosas, y se terminó yendo a Portugal como profesora de inglés. Poco antes había ideado la historia de Harry Potter, el huérfano mago que podría detener al mayor villano Voldemort. En Portugal conoció al que sería su primer marido y padre de su hija Jessica, del que pronto se divorció.
Joanne volvió a Gran Bretaña y se instaló en Escocia. Ahí, como madre soltera y casi sin dinero, solicitando ayuda estatal y sintiéndose como un fracaso, escribió el primer Harry Potter en cafeterías, mientras su hija dormía en el coche.
Fueron doce las editoriales las que rechazaron Harry Potter y la piedra filosofal. Logró ser publicado en 1997, con el nombre de JK Rowling, ya que los editores pensaron que un nombre de mujer alejaría a los jóvenes lectores hombres. Harry Potter se convirtió luego en una serie literaria, la más exitosa de la historia, con siete libros y más de 500 millones de copias vendidas, taquilleras películas y hasta parques de diversiones.
Rowling se volvió a casar en 2001 y tuvo dos hijos más. Ha escrito más libros, algunos bajo el seudónimo Robert Galbraith, y está detrás de los guiones de la saga fílmica Animales Fantásticos, que comparten universo con Harry Potter. Ha donado gran parte de su fortuna a la filantropía, y creó su propia fundación, Lumos, que ayuda a ocho millones de niños vulnerables.