Fue una de las fundadoras de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color y parte del movimiento sufragista estadounidense. Ida B. Wells dedicó su vida a la defensa de los derechos civiles y de la mujer. Además se encargó de documentar cientos de casos de linchamientos raciales, lo cual le valió un reconocimiento póstumo en la entrega de los premios Pulitzer de este año.
Ida nació en Mississipi, hija de una pareja de ex esclavos liberados tras la Guerra de Secesión. Cuando tenía catorce años sus padres y uno de sus hermanos murieron de fiebre amarilla y ella entró a trabajar como profesora en un colegio para niños afrodescendientes. En 1880 Wells se trasladó a Memphis y ahí adquirió conocimiento público tras liderar una campaña en contra de la segregación racial en el ferrocarril, luego de que fuera forzada a ceder su asiento a un hombre blanco. Contrató un abogado para demandar a la compañía de ferrocarril y ganó el caso en el tribunal local, pero luego la compañía apeló en la Corte Suprema de Tennessee y la sentencia fue anulada.
Luego, durante unas manifestaciones a favor del voto femenino se negó a marchar más atrás por ser de color. En 1889 empezó a ser copropietaria y redactora de Free Speech, un periódico en contra de la segregación. En 1892 publicó un artículo denunciando el linchamiento de tres amigos empresarios afrodescendientes por parte de su competencia. Wells entonces trasladó su residencia a Chicago. Continuó publicando panfletos que daban cuenta de su investigaciones acerca de miles de linchamientos a personas por razones raciales. Luego de jubilarse Wells escribió su autobiografía titulada Cruzada por la justicia. En 2020, se le otorgó una mención especial póstuma de los Premios Pulitzer por ser una pionera del periodismo de investigación y un ícono de la lucha por los derechos civiles.