La activista sueca de 16 años lleva siete meses sentándose todos los viernes frente al parlamento de su país y generando el movimiento #FridaysForFuture mediante el cual miles de jóvenes y escolares buscan que los políticos se comprometan con la lucha contra el cambio climático. Desde diciembre de 2018, más de 20 mil estudiantes realizaron manifestaciones en más de 270 ciudades en varios países del mundo, incluyendo Australia, Austria, Canadá, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
Greta acaba de ser nominada para el Premio Nobel de la Paz 2019, si gana, se convertiría en la Nobel más joven de la historia después de la joven paquistaní Malala Yousafzai. Nació en Estocolmo en 2003 y su compromiso por la defensa del planeta la han convertido en un personaje internacional. Hija del actor Svante Thunberg y de la cantante de ópera Malena Ernman, Greta padece el síndrome de Asperger, como cuenta ella misma en su cuenta de Twitter. Tan consecuente es la joven estudiante que logró convencer a su familia para que se hicieran veganos y dejaran de volar en avión para reducir su huella de carbono.
El 4 de diciembre de 2018, Thunberg realizó un discurso ante la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP24) en Polonia, y en enero de este año estuvo en la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial en DAVOS. Ahí convocó atención mundial durante su intervención: “Estoy aquí para decir que nuestra casa está en llamas”, advirtió a los asistentes del Foro Económico Mundial y agregó que faltan solo 12 años para que el cambio climático sea inevitable, “Quiero que sientan el miedo que siento todos los días y luego quiero que actúen“.