Es abogada y ha dedicado su vida a la lucha por los Derechos Humanos en Chile; incluso durante la Dictadura en el país, Fabiola Letelier siguió luchando contra los crímenes que ocurrían. Y una vez conseguida la democracia, buscó justicia en los casos que habían quedado impunes. A los 89 años, la chilena acaba de recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos.
Nació en Temuco, en una familia humanista, que eventualmente se trasladó a la capital donde terminó sus estudios secundarios. Fabiola entró a estudiar Derecho, pero logró obtener su título en la Universidad de Chile tras tener cuatro hijos, entre crianza y otras dificultades. Ha contado que su marido era muy tradicional y no apoyaba sus estudios, y por lo mismo se divorció.
Comenzó a trabajar en los años 60, primero como parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; estuvo ocho años en Estados Unidos, y en los años 70 volvió a Chile. Fue parte de los abogados que en 1974 formaron el Comité Pro Paz, trabajaba buscando indultar a los civiles siendo juzgados por los militares chilenos al mando del país. Este fue disuelto por presiones políticas, y en 1976, se arma la Vicaría de la Solidaridad, un organismo impulsado por la Iglesia Católica para víctimas de la represión. Ahí Fabiola Letelier trabajó hasta los años 80. Entremedio, el mismo año de la creación de la Vicaría, su hermano Orlando, ex Canciller del gobierno de Salvador Allende, era asesinado en un atentado en Washington.
Fabiola Letelier quería ampliar el trabajo hecho en la Vicaría, y junto a un grupo de colaboradores crearon el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, o CODEPU, donde se articularon las organizaciones que luchaban contra la dictadura de Pinochet. Con la vuelta de la democracia en los 90 su trabajo no se alivianó, sino que Fabiola Letelier persiguió la justicia en varios crímenes de la dictadura, incluyendo el de su propio hermano; en 1995 los jefes de la DINA fueron condenados por el asesinato. También participo por ejemplo del caso Eugenio Berríos.
Letelier ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su incansable trabajo.