A principios del siglo pasado ser visitadora social universitaria no era tarea fácil, pero Ema Lanz Heyerman lo logró, dejando una huella en la comuna de Puente Alto, que hasta hoy la recuerda con una calle que lleva su nombre.
Ema Lanz se tituló en la Escuela de Servicio Social Elvira Matte de Cruchaga de la Universidad Católica y el 1 de octubre de 1933 llegó a trabajar a La Papelera, en Puente Alto. A su llegada a la compañía los trabajadores creyeron que la visitadora era una “espía del patrón”, recuerda Elena Sierralta, colega de Ema, en su memoria para optar al título de visitadora social. No obstante, Lanz traía en mente otra idea: conocer los problemas de los semejantes, tanto materiales como espirituales, y tratar de darles una solución, lo que ayudó a forjar su rol de ser la primera visitadora social que tuvo CMPC.
Es así como organizando la Población Papelera (1933) y conversando con cada uno de los trabajadores se convirtió en todo un símbolo. Partió creando un fichero kárdex, donde anotaba los datos de los operarios y sus familias. Se preocupó de legalizar matrimonios, de la legitimación de hijos y de todo trámite civil concerniente a la familia.
“La incansable señorita Ema Lanz”, como la nombró un artículo de prensa, en que se informó que había fallecido producto de una grave enfermedad, creó una escuela vocacional a las que asistían mujeres y hombres a aprender a leer y escribir, además de otros oficios.
Decidió también supervisar las consultas médicas de los lactantes y de las madres embarazadas, logrando una exitosa baja en los índices de mortalidad infantil en la comuna de Puente Alto. A lo que sumó beneficios para los trabajadores como la asignación familiar, el salario mínimo, el subsidio por enfermedad, la medicina preventiva, los turnos de noche, el bono por nacimiento, matrimonio y defunción; y becas de estudios.
La preocupación por los jóvenes también formó parte de sus ocupaciones y fundó la Brigada de Boy Scouts Domingo Matte Pérez, creó un club de básquetbol, que lleva el nombre de su padre, Enrique Lanz. Ese club aún existe y de ahí han salido grandes basquetbolistas de Chile, como Irene Velásquez.