La historia del feminismo en Chile no hubiera sido la misma sin ella. Elena Caffarena, una de las primeras abogadas del país, dedicó su vida a luchar por los derechos de las mujeres y los trabajadores. Aunque vivió cien años y fue una de las principales responsables de que en 1949 se instaurara el voto femenino, murió sin recibir mayores reconocimientos oficiales.
Nació en Iquique, en el seno de una familia de inmigrantes italianos que se dedicaban al comercio. Cuando Elena era adolescente, los Caffarena se trasladaron a la comuna de Recoleta, en Santiago. En esa ciudad estudió Derecho, en la Universidad de Chile, y en 1926 se transformó en la decimoquinta mujer en obtener el título de abogada en su país. En su época de estudiante participó activamente de diferentes instancias en las que trabajó junto a otros importantes actores sociales, como el sindicalista Luis Emilio Recabarren y Amanda Labarca. En consonancia con su interés por los derechos de los obreros y las reformas estudiantiles, fue una de las primeras mujeres en unirse a la Federación de Estudiantes de su casa de estudios.
Una vez titulada, realizó un largo viaje por Europa y al volver se casó con el abogado comunista Jorge Jiles, con quien tuvo tres hijos. Desde entonces comenzó a librar su batalla principal: conseguir el derecho a voto de la mujer. En 1935, junto a un grupo de mujeres formó el Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres en Chile y en 1940 fue nombrada representante de gobierno en el directorio del Consejo de Defensa del Niño, cargo en el que se mantuvo hasta 1974.
Durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, en 1941, Elena Caffarena y Flor Heredia redactaron el proyecto de ley que permitiría a las mujeres ir a las urnas, pero no se firmó sino hasta 1949, bajo el mandato de Gabriel González Videla. Aunque la abogada había sido una de sus impulsoras, no fue invitada a la ceremonia y luego se le impidió inscribirse en los registros electorales, para lo cual se recurrió a la Ley Maldita, que en esos años marginaba a los comunistas del sistema político. Sin embargo, ella nunca militó en ningún partido y fue injustamente perseguida.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet, su casa se transformó en refugio. Caffarena siguió trabajando por los derechos humanos y fundó el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU). Además, desarrolló una brillante carrera jurídica y escribió varios textos sobre feminismo. Finalmente, su nombre ha ido ocupando el lugar que merece en la memoria nacional.
Foto: Memoria Chilena
* Esta bacana es parte de nuestro libro Mujeres Bacanas Latinas.