A los 64 años, tras cinco intentos, la nadadora de larga distancia y periodista deportiva Diana Nyad se convirtió en la primera persona en nadar desde Cuba a Florida “sin asistencia”; en 52 hrs y 54 min recorrió 177 km.
Creció escuchando historias de Cuba y conociendo su cultura de las voces de miles de cubanos que llegaron a vivir a su ciudad tras el triunfo de la revolución. Un día estando en la playa le preguntó a su mamá: “¿Dónde está Cuba?” Ella señaló al horizonte y le respondió: “Está justo allí. No puedes verla, pero está tan cerca que casi podrías llegar nadando”.
A los 10 años comenzó a competir en natación, ganando múltiples torneos nacionales. Abusada física y sexualmente tanto por su padre como por su entrenador, Diana encontró en la natación un refugio. En 1966, con 17 años, sufrió de endocarditis, una infección del corazón. Cuando se recuperó y volvió a nadar ya no alcanzaba la misma velocidad. Se dedicó un tiempo a correr hasta que una amiga le contó sobre las maratones de natación.
En 1975 nadó alrededor de la isla de Manhattan en Nueva York en 7 hrs y 57 min, batiendo el récord de los últimos 45 años. En 1979 nadó durante dos días sin parar y sin traje de neopreno desde Bimini en las Bahamas hasta Florida, estableciendo un récord de distancia (165 km). A los 28 años, intentó por primera vez cruzar el Estrecho de Florida. Rodeada de una jaula para protegerla de los tiburones, alcanzó a nadar 42 hrs antes de tener que desistir por el fuerte oleaje.
Se retiró de la natación de maratón y trabajó como periodista hasta que a los 60 años decidió cumplir su sueño. Tras prepararse física y mentalmente, reunió un equipo de 40 personas. Su amiga Bee Brady lideró la travesía. Sin jaula de protección, después de tres intentos frustrados por un ataque de asma, picaduras de medusas venenosas y tormentas, en 2013 logró llegar a Key West en Florida.