La biogeógrafa sudafricana Debra Roberts es una de los seis miembros del panel del IPCC, la organización intergubernamental que estudia e informa de manera objetiva el cambio climático; es la primera en tomar ese rol que venía de trabajar en gobiernos locales, donde ya llevaba décadas estudiando los cambios urbanos.
Comenzó su carrera como bióloga, y luego obtuvo un doctorado en biogeografía urbana en la Universidad de Natal, en Sudáfrica. En 1994 comenzó a trabajar en el gobierno local de la ciudad de Durban, donde se convirtió en la primera encargada de medio ambiente, estudiando los efectos del cambio climático y buscando proteger la biodiversidad.
Debra se convirtió en una experta en cómo los cambios del clima afectan a las ciudades, y ha dedicado su carrera en buscar planes y soluciones realmente aplicables a la realidad. En Durban creó la Unidad de Resiliencia y Sustentabilidad, la cual preside.
Ha dicho que la dificultad de pasar de laboratorios a oficinas administrativas era que los científicos dejaban de verlos como pares; para Roberts es muy importante mantener publicaciones en papers o revistas de la comunidad científica, para no perder el puente entre ambos mundos, y que la ciencia se aplique a lo urbano. Además, en el camino de los funcionarios públicos, se encontró un mundo jerárquico y masculino, con poco espacio para las mujeres. Siguió adelante y se convirtió en una líder de su área.
En 2015 pasó a ser parte del panel del IPCC, o Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático, parte de las Naciones Unidas. En los últimos años, son los reportes del IPCC los que por fin han logrado que el mundo entero se alarme de los daños provocados por el cambio climático y se tome más en serio el llamado a la acción. Para Roberts, lograr tener mayor repercusión de la institución en África ha sido una de sus misiones personales, como también, empujar que los compromisos o metas ambientales sean realmente pensados para las urbes.