Desde el año 2014 que el restaurante Ambrosía se instala en el reputado ranking de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica. Un logro que recae en las manos de la chef Carolina Bazán –y su partner en los salones del restaurante y en la vida, Rosario Onetto-. Bazán no sólo se ha transformado en una de las referentes de la cocina chilena de autor, también ha abierto un camino en la visibilidad lésbica y las familias homoparentales.
Se crió entre viajes y distintos países, ya que su padre era diplomático. Su madre comenzó a adentrarse en el mundo de la cocina y el servicio, eventualmente convirtiéndose en banquetera; Bazán se hizo partícipe de ese mundo. Estudió cocina, y ya a los 23 años se hizo cargo del restaurante Ambrosía que había puesto su madre en el centro de Santiago. Pero la joven chef tenía ganas de aprender más y partió a vivir a Francia con su pareja, Rosario, que es sommelier. Allí la dupla exploró el mundo de los bistrós, los pequeños restaurantes de barrio que ofrecen cocina de mercado, fresca y con propuesta, a una escala pequeña y cercana.
A su regreso Bazán volvió a Ambrosía, ahora en Las Condes, el que la terminó por consagrar como una de las cocineras más interesantes en el país; fue elegida Chef Revelación por la revista Wikén. Al año siguiente, Ambrosía debutó en la lista de los 50 best, o los mejores del cono sur, y ha estado ahí desde entonces, en 2018 se quedó con el puesto número 24 del ranking. En 2017, además de seguir al mando del restaurante familiar, debutó con su propio local junto a Rosario: el Ambrosía Bistró. Una propuesta mucho más cercana, donde la comida de autor se puede degustar a precios más accesibles –con el formato medios platos-, y como la cocina es abierta, se puede ver el proceso de preparación de la chef y su equipo, mientras Onetto recibe a los comensales. Una ambición de despeinar el tradicional local de mantel largo. La pareja ya tiene dos hijos, y el camino que han atravesado para convertirse en madres lo han compartido en revistas y diarios; volviéndose un referente y aportando a la normalización de las familias donde hay dos mamás.
(Créditos fotos: Juan Farías, La Tercera)