En 1944 Carmen Schwarze se convirtió en la primera mujer egresada y titulada de Ingeniería en Minas de Chile y Latinoamérica. Fue la mejor de su generación y obtuvo el premio “Juan Brüggen” que entrega anualmente el Instituto de Ingenieros de Minasal al estudiante que se destaque en cada promoción.
Carmen nació en Domeyko, una localidad minera de la provincia de Atacama. Su padre, ingeniero alemán, y su madre, dueña de casa española, llegaron a Chile cuando estalló la Primera Guerra Mundial. La empresa alemana Müller los envió al último rincón del mundo para que él trabajara en la mina de hierro El Algarrobo.
Fue la tercera de cuatro hijos y creció rodeada por el ambiente minero. Tanto su padre como dos de sus hermanos se dedicaron a dicha área, lo que influyó a que desde muy temprana edad ella pensara en seguir los mismos pasos.
Cuando ingresó a la Universidad de Chile en 1938 hubo curiosidad por parte de sus compañeros y profesores. Pese a que en Ingeniera Civil había más mujeres estudiando, ella era la única en la especialidad de Minas.
Terminada la Segunda Guerra Mundial su carrera profesional dio un vuelco: el gobierno de Estados Unidos le otorgó una beca de residencia para estudiar en el Instituto de Ciencias Minerales del Smithsonian, en Washington. Fue allá que se casó con Eduardo Bordeu Plate, un antiguo compañero de universidad, con quien tuvo 7 hijos, 24 nietos y 5 bisnietos.
En 1948, cuando regresó al país, retornó a la Universidad de Chile como docente de mineralogía. Paralelamente, participó en la creación de la Escuela de Geología, otra de las grandes pasiones de su vida profesional. Quince años después dirimió a su cargo para irse a vivir al campo junto a su familia.
Volvió a Santiago en 1971 y reingresó a la mineralogía. Se hizo parte del Instituto de Investigaciones Geológicas, donde permaneció por casi diez años. Luego de ello concretó su retiro definitivo, dejando un legado construido principalmente por sus contribuciones a la geología y minería nacional.