En 54 premiaciones, sólo cinco mujeres han ganado el Premio Nacional de Literatura. Poetas, solo una: Gabriela Mistral (y quien lo recibió sólo después de haber obtenido el Nobel). Por lo mismo, nos sumamos al Colectivo de autoras AUCH! en la campaña de tres grandes poetas chilenas para que este año el Premio Nacional tenga nombre de mujer. No por su género, sino por su carrera, trayectoria, aporte y por sobre todo, por sus maravillosos poemas.
Carmen Berenguer (1946) nació en Santiago, e irrumpió en el mundo artístico y literario en la década de los ochenta, donde fue parte de la contracultura y la oposición a la dictadura. Su primer poemario Bobby Sands desfallece en el muro fue publicado en 1983; hasta hoy ha publicado una docena de libros, el más reciente es Obra Poética de 2018, sin contar sus ensayos y demás textos.
Elvira Hernández (1951) es originaria de Lebu. Su obra poética, de profunda disidencia política, comenzó a circular de forma clandestina entre los contrarios a la dictadura, incluyendo a la mítica “La bandera de Chile”. Su primer cuadernillo editado fue ¡Arre! Halley ¡Arre!, en 1986. La obra poética de Elvira Hernández ha sido reconocida por consolidarse como una voz única en la poesía latinoamericana, con temas que remiten al viaje, la ciudad y lo marginal.
Rosabetty Muñoz (1960) es de Ancud. Sus primeros trabajos fueron publicados en 1981 en Canto de una oveja al rebaño. Su escritura está marcada por el sur de Chile, y aborda temas complejos -como el olvido, el dolor, o el abandono por parte del progreso- en palabras y escritura en apariencia muy simple. Su último poemario, Misión circular, se publicó recientemente. Además es profesora y ha liderado talleres con niños y jóvenes de Chiloé.