Distinta, a veces excéntrica y definitivamente un genio de la música, Björk no ha dejado de sorprender durante los últimos 20 años con su sonido experimental y uso de tecnología que ha llevado a sus creaciones a no tener comparación en la industria musical.
Björk Guðmundsdóttir nació en Reikiavik, la capital de Islandia en 1965. Hija de un electricista y una ecologista, su padrastro, Svævar Árnason, el denominado “Eric Clapton de Islandia” la incitó a componer y estudiar música. En 1977 ya tenía editado su homónimo primer álbum sobre canciones pop en islandés. A pesar de tocas en conjuntos de jazz y música popular, su gusto por las guitarras estridentes y el anarquismo punk hizo que en 1986 conformara la banda The Sugarcubes, que tuvo mucho éxito en Inglaterra. Su entrada al mundo musical europeo hizo que se mudara a Londres para comenzar su carrera solista. El resultado fue Debut, un éxito internacional, que junto a sus dos álbumes posteriores, Post y Telegram, la consagraron en la escena experimental y la electrónica.
Su presencia no sólo se ha limitado a la música. Björk fue reclutada en 1999 por el cineasta danés Lars Von Trier para protagonizar y musicalizar “Bailarina en la oscuridad”, un musical dogma que narra la historia de una inmigrante checa, Selma Jezcova, que trabaja arduamente en Estados Unidos para poder pagar la operación de ojos de su hijo. La película se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes y Björk el Premio a la Mejor Actriz. Además la canción “I´ve seen it all” fue nominada a un Oscar como Mejor Canción, lo que produce uno de los momentos de moda más importante de esta cantante, cuando atiende a la ceremonia vestida con un cisne-vestido.
Su gusto por la moda la ha llevado a colaborar y vestir creaciones de distintos diseñadores independientes, muchas veces desconocidos, como también de genios como Jean Paul Gaultier y de su amigo, el fallecido Alexander McQueen quién creó la portada de su disco Homogenic, su álbum más conceptual hasta ese momento, que trata sobre los paisajes de Islandia.
Björk crea música que siempre conlleva un mensaje y estética única, sumidos en un universo fantástico que junto al uso de nuevas tecnologías, conocimientos, sonidos, visuales inolvidables y su insuperable vozgeneran álbumes y videos musicales únicos en su tipo que han sido dirigidos por Spike Jonze, Chris Cunningham, Inez and Vinoodh, Nick Knight y Michel Gondry entre otros.
Medulla, por ejemplo, es un trabajo completamente vocal, donde todo lo que se escucha es una obra de joyería de diferentes tipos sonidos hechos sólo con la voz. Ahí se encuentra Oceania, canción que Björk compuso e interpretó para la apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 .
Otro ejemplo de esta multitalentosa mujer es Biophilia, álbum que lanzó en formato de app, el primero de la historia, donde además compuso arreglos para 15 cuerdas. Este trabajo musical está como un eBook con objetos 3D interactivos, películas, animaciones y diagramas basado en datos científicos reales, con imágenes de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.
Su último trabajo, el octavo de su carrera, Vulnicura, fue la respuesta a su último quiebre sentimental con el artista Mathew Barney, padre de su segunda hija Isadora, con quién vivía en un barco en Nueva York. Este trabajo es el más personal que ha hecho hasta el momento, donde expone sus sentimientos desde que se enamora hasta que se separa de Barney. El mismo año que Vulnicura salió a la luz, 2015, el Moma le hizo una retrospectiva que mostraba 20 años de una carrera innovadora y atrevida que mostraba sus ocho trabajos musicales a través de sonido, películas, visuales, instrumentos objetos y disfraces.
El año pasado, la cantante hizo noticia al publicar en su Facebook una carta en donde denuncia el machismo, luego de leer críticas a una performance que dio como DJ: “En la mayor parte de mi carrera no me he quejado del sexismo y simplemente he continuado adelante. Pero siento una enorme corriente positiva en el cielo, un fluir de posibles cambios. Algunos medios no podían entender que yo no estuviera ‘presentándome’ y me ‘escondiera’ detrás de las mesas. No lo dijeron acerca de mis compañeros hombres. Y creo que es sexista. Que al final de un año tormentosa no es algo que dejaré pasar: porque todos merecemos cambios máximos en esta energía revolucionaria de la que estamos en medio”.