Cada cinco de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena en su honor. La boliviana Bartolina Sisa, declarada heroína nacional aymara, es uno de los símbolos más emblemáticos de las luchas anticoloniales del siglo XVIII en América Latina. Hija de José Sisa y Josefa Vargas, indígenas pertenecientes a la comunidad de Sullkawi, desde pequeña se dedicó con su familia al comercio de la hoja de coca y tejidos. Observó las vejaciones y explotación que sufría su pueblo en manos de los españoles. Ella no soportó el abuso y decidió alzarse contra el Estado Colonial.
Combatió por la libertad junto a su esposo Julián Apaza, conocido también como Tupac Katari. Formaron una organización armada, ¡Somos Kataris!, y lideraron la sublevación. Se transformó en caudilla, comandó un ejército mixto y tuvo un rol clave en la planificación de la revolución andina.
La nombraron Virreina de los aymaras, fue consejera del movimiento katarista y preparó el Primer Cerco a los españoles en La Paz, quienes habían construido un muro para protegerse. Miles de indios e indias se unieron a la causa, aunque meses más tarde fue traicionada y entregada a los conquistadores. La encerraron y torturaron, pero nunca delató a nadie. Su marido intentó liberarla en el Segundo Cerco, incluso ofreció ocupar su lugar, sin embargo, también lo delataron y apresaron. Fue obligada a presenciar su descuartizamiento y tras casi un año recibió su propia sentencia.
Expuesta desnuda en la Plaza Mayor, atada a la cola de un caballo con una soga al cuello, le mutilaron los senos, la arrastraron por el lugar y finalmente la ahorcaron. Clavaron su cabeza y manos en picotas para exhibirlas.
En 1980 se fundó la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa con el objetivo de que las mujeres rurales participen en la toma de decisiones políticas, económicas y sociales de Bolivia. Tres años después, durante el 2º Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, se instauró en su memoria el Día Internacional de la Mujer Indígena.