Científica estadounidense especializada en citogenética, Barbara McClintock fue la primera mujer, y hasta ahora la única, en obtener en solitario el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. Por sus logros ingresó a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, obtuvo la Medalla Nacional de la Ciencia y recibió 14 doctorados Honoris Causa, entre otros.
Hija de papá médico y mamá artista, cuando terminó el colegio quiso ir a la universidad, pero su mamá opinó que esto perjudicaría sus opciones de encontrar marido. Trabajó en una oficina de empleos y estudió de manera autodidacta, aunque gracias al apoyo de su papá se inscribió en la Facultad de Agricultura de la Universidad de Cornell en 1919.
Asistió al curso de genética dirigido por el biólogo Claude B. Hutchison. Al año siguiente, él mismo la llamó para invitarla a otro curso de genética para alumnos de posgrado. En paralelo cursó un ramo de citología impartido por el botánico Lester W. Sharp. Barbara se graduó en 1923 y obtuvo su Doctorado en Botánica en 1927.
Se dedicó al campo de la citogenética del maíz. Desarrolló técnicas para visualizar y caracterizar los cromosomas. Investigó cualidades hereditarias y analizó cómo algunas de éstas se transmitían de generación en generación. Junto con su estudiante predoctoral, Harriet Creighton, demostraron empíricamente que los genes estaban localizados en los cromosomas.
Fue profesora asistente en la Universidad de Missouri y luego investigadora en el laboratorio de Cold Spring Harbor. Detectó el proceso de transposición de elementos del genoma y lo empleó para explicar cómo los genes determinan ciertas características físicas. En 1950, compartió sus hallazgos en el artículo «El origen y comportamiento de loci mutables en maíz».
En 1983, a sus 81 años, tres décadas después de su descubrimiento de elementos genéticos móviles, recibió el premio Nobel de Medicina o Fisiología por su trabajo sobre los elementos transponibles. Años más tarde la incluyeron en el Salón Nacional de la Fama de Mujeres.