Anna K. Behrensmeyer es una paleontóloga y geóloga estadounidense que por más de medio siglo se ha dedicado a estudiar los procesos de fosilización de restos arqueológicos, convirtiéndose en una pionera en el campo de la tafonomía en el territorio africano.
Ingresó a estudiar geología a la Universidad de Washington y complementó sus estudios con un doctorado en paleontología y sedimentología de vertebrados del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Harvard. Su principal motivación era reconstruir la historia del pasado al identificar con mayor precisión los restos fósiles.
En los 80 Anna se unió al centro de investigación Smithsonian e ingresó al departamento de paleontología de vertebrados del Museo Nacional de Historia Natural de EE.UU. Desde allí ha liderado proyectos de tafonomía, ciencia que investiga los procesos de fosilización de yacimientos arqueológicos y que permite dilucidar de mejor manera los registros históricos y la paleoecología humana. Además, ha hecho estudios de campos en África Oriental, en los que ha impulsado la investigación de los orígenes humanos en dicho territorio, precisando cómo los ambientes y factores biológicos afectan a estos restos arqueológicos.
Según la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos, Anna ha reconstruido la historia de los restos arqueológicos a través de técnicas como la geología sedimentaria y el uso de isótopos químicos. Uno de sus mayores estudios de campos son las rocas del periodo Pérmico y los más de 40 años de investigación de la tafonomía del Parque Nacional Amboseli, en Kenia. En estos territorios, Anna se ha centrado en los cambios ambientales, la transformación de ecosistemas, el reciclaje ecológico, los patrones de preservación de los restos fósiles -tanto de flora como de fauna- y las poblaciones de vertebrados.