Anita Roddick fue una activista ecológica y creadora de la tienda de belleza The Body Shop, empresa de alcance internacional y pionera en el uso de productos naturales, sin testeo en animales y basada en la sustentabilidad, instaurando una cosmetología con conciencia.
Nació en Inglaterra y durante su juventud logró viajar a diversas partes del mundo, donde conoció nuevas realidades y comenzó a forjar su idea de emprender. En 1970 se casó con Gordon Roddick, con quien tuvo dos hijos. El matrimonio abrió un hotel y dos restaurantes, sin embargo no prosperaron. Tras esto, Anita creó en 1976 The Body Shop, empresa de cosmética natural, que se caracterizó por producciones amigables con el medioambiente, idea ecológica que aún no estaba instaurada en la sociedad.
La idea surgió tras su experiencia en los viajes, donde muchas personas cuidaban su piel con productos de origen natural. En base a esto creó la primera tienda, la que fue muy pequeña y con solo una línea de 15 cosméticos envasados en frascos reciclados, que eran vendidos en diversos tamaños para que las personas tuvieran la posibilidad de comprar una muestra de prueba. A los seis meses inauguró la segunda tienda; después de unos años The Body Shop se trasformaría en una franquicia con alrededor de 2.000 sucursales en más de 55 países.
Tras el éxito de su empresa Anita continúo trabajando activamente por diversas causas. A través de su franquicia realizó diferentes campañas como “Save the Whales” (1986) que se hizo en conjunto con Greenpeace; puso en marcha campañas contra la experimentación en animales y promovió el uso de energías renovables. Además Roddick se preocupó de temas como los derechos humanos y los cambios sociales; en 1990 creo Children on the Edge, fundación que va en ayuda de niños de Europa Oriental y Asia.
Anita Roddick escribió diversos libros y fue distinguida por la Orden del Imperio Británico en 1988 y en 2003 fue nombrada Dama del Imperio Británico. En 2005 la activista y emprendedora dejo su franquicia y se retiró del mundo empresarial, murió dos años después de una hemorragia cerebral aguda. Dejó toda su fortuna a la fundaciones y caridad.